Arquitectura y artes [2]

conclave-sixtina-ok-659x373x80xXSi bien la pintura y la escultura aceptan sin complejos que hubo un tiempo en que compartían cuerpo con la arquitectura, la aceleración tecnológica de la que hace uso la arquitectura, aplicando al instante cualquier solución técnica novedosa en sus construcciones, parece haberla hecho olvidar el útero del que proviene, y sin embargo es la única que repite una y otra vez el mismo ejercicio. Pues si bien se puede discutir sobre qué hablan el resto de artes, la arquitectura es esclava de una función, y es la de dar cobijo a las personas. Del cobijo a los robots se encargan los ingenieros y puede que pronto, viendo el panorama, pronto se ocupen del nuestro también. No porque sepan de personas, sino porque ya somos casi robots, pero ese es otro tema.

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Esta dependencia de la tecnología crea la ilusión de que la arquitectura sigue el ritmo que la hipertecnificación marca en nuestra sociedad, mientras que en pintura los avances técnicos son contados desde el principio de la industrialización, con los óleos envasados, y la muy posterior introducción de materiales acrílicos y sintéticos. Ya está. Ahí está todo, pues cualquier otro avance en el siglo XX es un derivado de éstos. Ese amiguismo con el avance técnico coloca, sin embargo, a la arquitectura  en una posición difícil. (“estaba de Dios que se endiosara” como dice la canción)

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Esta situación familiar, de hermanos ricos y hermanos pobres, se aprecia fácilmente en cualquier revista de arquitectura, en las que dentro de un discurso normalmente humanista, y honesto en la mayoría de los casos,  se hacen reverencias y constantes alusiones a aportaciones e influencias de la pintura, la fotografía, el cine, la web o hasta el porno si es necesario. Preámbulos de concesiones de mérito al trabajo del hermano bohemio, pobre! Resultan encantadoras sus extravagancias! No obstante para explicar y ejecutar el trabajo propio, pocos, muy pocos arquitectos echan mano de recursos plásticos derivados de las bellas artes. Algunos fotomontajes, hay quien tiene mano dibujando, y poco más. La estética predominante resulta de un manejo informático de las imágenes, sutiles y femeninas fachadas que esconden un fuerte ejercicio analítico dependiente de la oferta de la industria. Las deudas se pagan. Esta forma de presentar los proyectos es doblemente peligrosa, pues por un lado pretenden vender un resultado que en modo alguno será el edificado, y por otro, entorpece la crítica del proyecto en sí, al resultar, en los casos más extremos, completamente ilegible bajo ningún código de lectura. Pásense por cualquier exposición de proyectos para algún concurso en el colegio de arquitectos que tengan más cercanos y verán que en cada propuesta, salvo una ligera idea de la planta, la idea general del proyecto te ves obligado a obtenerla de los renders y los montajes.
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Les dejo un enlace para que vean la distancia que existe entre las propuestas de los proyectos y las realidades construidas.

http://www.plataformaarquitectura.cl/category/proyectos-2/

Pura publicidad, y es una pena, pues si el arte en general debería aprender del rigor analítico de los arquitectos, también podrían aportar no sólo en las presentaciones explicativas, sino  en los resultados finales. Algunos estudios de arquitectura lo tienen claro. El próximo post sobre ellos. 

Barnett Newman [48 h sin dormir]

newmanBarnettNewman-First-Station-1958Ponte las manos delante de la nariz y la boca, como una mascarilla y respira pausadamente, oyes el ruido sordo a lo Darth Vader? . Ese es el peso exacto de la respiración de Barnett Newman en la elaboración de cualquiera de sus obras (a excepción de las esculturas y de las telas donde hay más de una línea, en esas no manda la respiración sino una enfermedad vascular periférica)
En cualquier crítica hablarán del misticismo de Newman y, con más o menos preámbulos, terminarán comparándolo con Rothko. Pues bien, eso es falso y es que no han entendido nada. Lo de Barnett Newman no tiene nada de espiritual, no es místico ni contemplativo ni busca diluir su alma en un “todo abstracto” (las comillas es porque lo he leído por ahí, pero prefiero no decir dónde, por vergüenza torera). Las líneas verticales (pocas veces son horizontales), comúnmente conocidas como zips (cremalleras) son puramente físicas y en absoluto trascendentes. Si se abren no imagines más, es que te mueres. Por eso están cerradas y ojo a la tensión en sus bordes.

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¡Tienen un principio y un final! Lo que creo que me pone en razón es que en las series de mayor dimensión, como who´s afraid of Red, Yellow and Blue? lo que aumenta es la influencia de los colores que escoltan la línea, la superficie que se expande hasta el límite del campo de visión y consigue que “solo” veas en 3 colores. Pero la línea, más o menos centrada, a veces asentada y confiada y otras huidiza en los laterales, es de una longitud abarcable. Por qué expandir la dimensión en horizontal cuando el protagonista es la vertical? Pues porque Newman no va como un cerdito trufero olisqueando la eternidad, sino que es muy consciente de la inestabilidad y el peso del presente y la duración forzosamente corta de la vida de un hombre. Líneas más o menos precisas, a veces ausentes, como el magnífico First Station, del 58, (mi preferido, pues conecta directamente con el minimal e incluso, con la visión que da el tiempo, lo lanza por encima con ese “aura” que humaniza el vacío, hasta actitudes que me atraen mucho en el postminimal), emparedadas entre dos grandes fuerzas de color, a veces iguales, y otras complementarios que son las verdaderas protagonistas de la obra (entendiendo esta vez obra como el conjunto, no un solo cuadro), que dialogan entre ellas y, como en un teatro, interpretan esos nombres bíblicos que tienen algunos, hasta esa serie “por qué me has abandonado?” lo arrebatado alrededor de la línea lo que muestra en blanco y negro son las molestias insignificantes de un hombre condenado después de un ataque al corazón, son la condensación de respirar, del continuo recorrido de la sangre hasta el último capilar, dolores musculares, calvicie, bigote, vejez, que toma conciencia de su duración finita, de su comienzo y de su final. Lo que hace grandes estas obras es que son universales, sirven para cualquier persona de cualquier cultura y de cualquier tiempo. No hace falta una cierta educación; son lo que son.

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Barnett Newman escribía con soltura y ligereza y no pocas veces hacía mención en sus escritos medio panfletarios medio provocadores (voy a parafrasear, pues no tengo la cita delante) que el trabajo realmente importante del arte era su relación con la eternidad o con lo infinito, pero, curiosamente, nunca dijo a qué se refería con eso, y nada en su actitud, ni en su aspecto, ni nada, hace pensar que se trató de un hombre especialmente espiritual,… si acaso, algo neurótico e hipocondríaco y muy sensible a lo que le pasaba a él. Un flamenco.

«yo pienso como el ciprés,
la verdad más verdadera
la de mantenerse en pie»
Camarón