Roxy Paine y su breve lucha contra la arbitrariedad / Roxy Paine and his short fight against arbitrariness

A propósito de la arbitrariedad y de la aceptación de su abrazo, o de su soplo, como creo haberme referido ayer (como si la actividad artística fuese un barco a merced del viento, no está mal del todo, pero se exige destino y rumbo), está la obra de Roxy Paine. Es bastante nuevo para mí, y de su obra he de reconocer que sólo me interesa una parte muy pequeña y probablemente no sea su obra más conocida. El resto, los árboles metálicos por los que es más conocido, o las instalaciones vegetales me resultan elegantes pero sobrediseñadas (de hecho pensé siempre que era una mujer, con ese nombre y esas obras tan sensibles…)
Lo que me interesa de su obra es la serie de colecciones de trazos de pintura. Sobre un cristal enmarcado se ordenan pinceladas sueltas de pintura, matéricas y potentes pero de un color pálido, algunos pajizos otros más rosados: sólo forma, cantidad de materia, dirección y fuerza; todos ellos numerados y catalogados como si se tratase de una colección de mariposas.

La serie es del 97 y el 98, justo con la resaca del postmodern cuando la gente se volvía a preguntar qué estaban haciendo y volvía el análisis crítico de la actividad como forma de acercamiento al proceso creativo. A algunos, claro, y a éste le duró poco el arrebato analítico. La otra parte de su trabajo que me interesa y que, lo emparenta con el postminimal de Barry le Va o de Eva Hesse, son unos lienzos con cuidadísimas capas de pintura que cuelgan formando estalactitas, donde el proceso (ayudado de una tecnología digital) se convierte en el cuerpo estético y en el discurso teórico.

 About the arbitrariness and the acceptance of its cold hug or its blow, as i believe to have referred to it before (artistic activity as if it were a boat in the wind, not bad at all, but destiny and direction required) is Roxy Paine´s work about. 
I´ve just taken the first contact with his work, but I must admite that I´m only interested in a few pieces of him. The main part of the body of his work and also the one he´s recognised by, metal trees or the plants/mushrooms installations are ellegant but overdesigned and repetitives (quiete boring indeed)
What insterests me about his work is the collection of paint strokes serie, on a framed glass are arranged many brushstrokes. In a pale colour, some of them are straw-colored, others of a pale pink: Just shape, quantity, direction and strength. They are numbered and catalogued as if they were a butterflyes collection. 

 

That serie es from 1997 and 1998, just in the middle of the postmodern hangover, when people asked themselves again: «What am i doing in here?» And the critical analysis came wondering one more time about the creative process. That mate kept wondering himself methodically for very short, but with a few good constructions. 

I like, also, another part of his work that relates him with some postminimal postures, as the ones of Barry le Va or Eva Hesse´s, in which the process becames in the aesthetic body and the theoretical discourse. Digitally produced in Paine´s work, by the way, we were reaching 2000!

Barnett Newman [48 h sin dormir]

newmanBarnettNewman-First-Station-1958Ponte las manos delante de la nariz y la boca, como una mascarilla y respira pausadamente, oyes el ruido sordo a lo Darth Vader? . Ese es el peso exacto de la respiración de Barnett Newman en la elaboración de cualquiera de sus obras (a excepción de las esculturas y de las telas donde hay más de una línea, en esas no manda la respiración sino una enfermedad vascular periférica)
En cualquier crítica hablarán del misticismo de Newman y, con más o menos preámbulos, terminarán comparándolo con Rothko. Pues bien, eso es falso y es que no han entendido nada. Lo de Barnett Newman no tiene nada de espiritual, no es místico ni contemplativo ni busca diluir su alma en un “todo abstracto” (las comillas es porque lo he leído por ahí, pero prefiero no decir dónde, por vergüenza torera). Las líneas verticales (pocas veces son horizontales), comúnmente conocidas como zips (cremalleras) son puramente físicas y en absoluto trascendentes. Si se abren no imagines más, es que te mueres. Por eso están cerradas y ojo a la tensión en sus bordes.

images

¡Tienen un principio y un final! Lo que creo que me pone en razón es que en las series de mayor dimensión, como who´s afraid of Red, Yellow and Blue? lo que aumenta es la influencia de los colores que escoltan la línea, la superficie que se expande hasta el límite del campo de visión y consigue que “solo” veas en 3 colores. Pero la línea, más o menos centrada, a veces asentada y confiada y otras huidiza en los laterales, es de una longitud abarcable. Por qué expandir la dimensión en horizontal cuando el protagonista es la vertical? Pues porque Newman no va como un cerdito trufero olisqueando la eternidad, sino que es muy consciente de la inestabilidad y el peso del presente y la duración forzosamente corta de la vida de un hombre. Líneas más o menos precisas, a veces ausentes, como el magnífico First Station, del 58, (mi preferido, pues conecta directamente con el minimal e incluso, con la visión que da el tiempo, lo lanza por encima con ese “aura” que humaniza el vacío, hasta actitudes que me atraen mucho en el postminimal), emparedadas entre dos grandes fuerzas de color, a veces iguales, y otras complementarios que son las verdaderas protagonistas de la obra (entendiendo esta vez obra como el conjunto, no un solo cuadro), que dialogan entre ellas y, como en un teatro, interpretan esos nombres bíblicos que tienen algunos, hasta esa serie “por qué me has abandonado?” lo arrebatado alrededor de la línea lo que muestra en blanco y negro son las molestias insignificantes de un hombre condenado después de un ataque al corazón, son la condensación de respirar, del continuo recorrido de la sangre hasta el último capilar, dolores musculares, calvicie, bigote, vejez, que toma conciencia de su duración finita, de su comienzo y de su final. Lo que hace grandes estas obras es que son universales, sirven para cualquier persona de cualquier cultura y de cualquier tiempo. No hace falta una cierta educación; son lo que son.

Barnett_Newman,_The_Stations_of_the_Cross_ok

Barnett Newman escribía con soltura y ligereza y no pocas veces hacía mención en sus escritos medio panfletarios medio provocadores (voy a parafrasear, pues no tengo la cita delante) que el trabajo realmente importante del arte era su relación con la eternidad o con lo infinito, pero, curiosamente, nunca dijo a qué se refería con eso, y nada en su actitud, ni en su aspecto, ni nada, hace pensar que se trató de un hombre especialmente espiritual,… si acaso, algo neurótico e hipocondríaco y muy sensible a lo que le pasaba a él. Un flamenco.

«yo pienso como el ciprés,
la verdad más verdadera
la de mantenerse en pie»
Camarón